sábado, 12 de agosto de 2017

Génesis 38,1-30: Judá y Tamar

Génesis 38,1-30  

38:1 Por aquel tiempo bajó Judá de donde sus hermanos para dirigirse a cierto individuo de Adullam llamado Jirá.
38:2 Allí conoció Judá a la hija de un cananeo llamado Súa y tomándola por esposa se llegó a ella;
38:3 ella concibió y dio a luz un hijo, al que llamó Er.
38:4 Volvió a concebir y dio a luz otro hijo, al que llamó Onán.
38:5 Nuevamente dio a luz otro hijo, al que llamó Selá. Ella se encontraba en Akzib al darle a luz.
38:6 Judá tomó para su primogénito Er a una mujer llamada Tamar.
38:7 Er, el primogénito de Judá, fue malo a los ojos de el Señor, el Señor le hizo morir.
38:8 Entonces Judá dijo a Onán: "Cásate con la mujer de tu hermano y cumple como cuñado con ella, procurando descendencia a tu hermano."
38:9 Onán sabía que aquella descendencia no sería suya, y así, si bien tuvo relaciones con su cuñada, derramaba a tierra, evitando el dar descendencia a su hermano.
38:10 Pareció mal al Señor lo que hacía y le hizo morir también a él.
38:11 Entonces dijo Judá a su nuera Tamar: "Quédate como viuda en casa de tu padre hasta que crezca mi hijo Selá." Pues se decía: "Por si acaso muere también él, lo mismo que sus hermanos." Tamar se fue y quedó en casa de su padre.
38:12 Pasaron muchos días, y murió la hija de Súa, la mujer de Judá. Cuando Judá se hubo consolado, subió a Timná para el trasquileo de su rebaño, junto con Jirá su compañero adulamita.
38:13 Se lo notificaron a Tamar: "Oye, tu suegro sube a Timná para el trasquileo de su rebaño."
38:14 Entonces ella se quitó de encima sus ropas de viuda y se cubrió con el velo, y bien disfrazada se sentó en Petaj Enáyim, que está a la vera del camino de Timná. Veía, en efecto, que Selá había crecido, pero que ella no le era dada por mujer.
38:15 Judá la vio y la tomó por una ramera, porque se había tapado el rostro,
38:16 y desviándose hacia ella dijo: "Déjame ir contigo" —pues no la reconoció como su nuera. Dijo ella: "¿Y qué me das por venir conmigo?"—
38:17 "Te mandaré un cabrito de mi rebaño." —"Si me das prenda hasta que me lo mandes..."—
38:18 "¿Qué prenda he de darte?" — "Tu sello, tu cordón y el bastón que tienes en la mano." El se lo dio y se unió a ella, la cual quedó encinta de él.
38:19 Entonces se marchó ella y, quitándose el velo, se vistió sus ropas de viuda.
38:20 Judá, por su parte, envió el cabrito por mediación de su compañero el adulamita, para rescatar la prenda de manos de la mujer, pero éste no la encontró.
38:21 Preguntó a los del lugar: "¿Dónde está la ramera aquella que había en Enáyim, a la vera del camino?" — "Ahí no ha habido ninguna ramera"— dijeron.
38:22 Entonces él se volvió donde Judá y dijo: "No la he encontrado; y los mismos lugareños me han dicho que allí no ha habido ninguna ramera."
38:23 "Pues que se quede con ello —dijo Judá—; que nadie se burle de nosotros. Ya ves cómo he enviado ese cabrito, y tú no la has encontrado."
38:24 Ahora bien, como a los tres meses aproximadamente, Judá recibió este aviso: "Tu nuera Tamar ha fornicado, y lo que es más, ha quedado encinta a consecuencia de ello." Dijo Judá: "Sacadla y que sea quemada."
38:25 Pero cuando ya la sacaban, envió ella un recado a su suegro: "Del hombre a quien esto pertenece estoy encinta", y añadía: "Examina, por favor, de quién es este sello, este cordón y este bastón."
38:26 Judá lo reconoció y dijo: "Ella tiene más razón que yo, porque la verdad es que no la he dado por mujer a mi hijo Selá." Y nunca más volvió a tener trato con ella.
38:27 Al tiempo del parto resultó que tenía dos mellizos en el vientre.
38:28 Y ocurrió que, durante el parto, uno de ellos sacó la mano, y la partera le agarró y le ató una cinta escarlata a la mano, diciendo: "Este ha salido primero."
38:29 Pero entonces retiró él la mano, y fue su hermano el que salió. Ella dijo: "¡Cómo te has abierto brecha!" Y le llamó Peres.
38:30 Detrás salió su hermano, que llevaba en la mano la cinta escarlata, y le llamó Zéraj.

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